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Cursos en Infectología
Dentro de los Cursos en Infectología de TECH Universidad Tecnológica contamos con programas que se enfocan en el estudio de cada una de las enfermedades infecciosas y de los agentes patógenos que las ocasionan. En primer lugar, están las infecciones bacterianas, causantes de enfermedades como amigdalitis, neumonía, tuberculosis, tétanos, fiebre tifoidea o cólera. Al momento de usar antibióticos para erradicar estas enfermedades bacterianas se debe ser cuidadoso con las dosis, pues cada vez que se ingiere un antibiótico aumentan las posibilidades de que las bacterias se adapten y se vuelvan resistentes al medicamento. No obstante, la mayoría de bacterias no hacen daño, pues menos del uno por ciento de ellas causa enfermedades. Además, muchas pueden ser útiles, ayudando a digerir la comida, destruir células promotoras de enfermedades o suministrar vitaminas al cuerpo.
Panorama de las infecciones virales
En segundo lugar están las infecciones virales. A diferencia de las bacterias, los virus son hasta cien veces más pequeños y requieren otras estructuras celulares para poder reproducirse, lo que significa que no sobreviven por sí solos salvo en organismos biológicos hospederos. Son los causantes de reconocidas enfermedades como sarampión, ébola, hepatitis, varicela, herpes, gripe o SIDA. Algunos virus como el de Epstein-Barr o el de la inmunodeficiencia humana, desafortunadamente, todavía no cuentan con una vacuna o tratamiento definitivo. De manera que el único procedimiento es incentivar campañas de prevención para disminuir el número de contagios. Al respecto, TECH contribuye con una formación orientada a los más recientes métodos de protección contra enfermedades virales y los tratamientos paliativos de última generación.
Enfermedades fúngicas y parasitarias
En tercer lugar, infecciones por hongos. Normalmente son contaminaciones en la piel o en partes del cuerpo como uñas o cabellos. Producen enfermedades como pie de atleta, dermatofitosis o candidiasis, y su tratamiento es a base de antifúngicos: sustancias con la capacidad de evitar su crecimiento y ocasionar la muerte del hongo. No todos son dañinos; algunos se utilizan en la elaboración de pan o en la fermentación de vinos y cervezas. Finalmente, en cuarto lugar, están las enfermedades parasitarias, causadas por protozoos, gusanos o artrópodos, y pueden adquirirse por la ingesta de alimentos o agua contaminada, así como por la picadura de insecto o por contacto sexual. La malaria, por ejemplo, es una de las más devastadoras enfermedades parasitarias. Entre 700.000 y 2.700.000 personas mueren al año por causa de la malaria, especialmente en África.